HISTORIA

Orígenes de nuestra Hermandad

Al propio Rey Conquistador de la Ciudad, San Fernando, cupo el honor de regir y crear esta hermandad, motivado por el hallazgo de una primitiva efigie del Señor Yacente entre dos paredes de una casa del barrio de los Humeros, en donde se edificó una Capilla al sitio denominado del Monte Calvario, inmediato a la Puerta Real, en el que más adelante, con parte de la casa-palacio del hijo del descubridor de América, don Hernando, fuese fundado el Colegio de San Laureano, de la Real. Militar y Celeste Orden de Nuestra Señora de la Merced, y de cuya Capilla Mayor e Iglesia fue Patrona esta Hermandad, por cesión que hizo en virtud de concordia celebrada por ambas entidades, concordia que al restaurarse la Orden Mercedaria Calzada en la actual Capilla de San Gregorio Magno, que ocupaba la Hermandad desde muchos años antes, sigue en vigencia, celebrándose los cultos de Jueves y Viernes en los dos primeros días, así como la iluminación del Monumento a cargo y expensas de ésta Hermandad Sacramental.

Desde el vínculo de S.M. Don Carlos II, han venido siendo sus Hermanos Mayores los católicos Reyes de España, augustos sucesores del Santo Rey, declarándose así en la primitiva Regla u Ordenanzas aprobadas por el Supremo Consejo de Castilla.

Habiendo sido proclamado Rey de España, S.M. don Juan Carlos 1 el 22 de Noviembre de 1.975, y tras la aceptación del cargo, es el actual Hermano Mayor efectivo de ésta Real Hermandad, cuyas Ordenanzas juró ante el Cabildo de Oficiales reunido en el Palacio Real de Madrid el día 21 de Abril de 1.976.

Durante el siglo XVI unos genoveses llegaron a Sevilla trayendo el amor y la devoción a la Milagrosa Virgen de Villaviciosa. Una vez en la ciudad fundaron una cofradía con la advocación de la Santísima Virgen, sita en el Hospital del Espíritu Santo, en la calle Colchero (actual Tetuán).

En 1.535, Luis Peraza hablaba de una gran devoción de los genoveses a la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, en memoria de la cual hacían una solemnísima procesión en la noche del Jueves Santo. Se hacía estación en cuatro o cinco iglesias "y derramaban tanta sangre y de lágrimas los que los miran, que no pienso hay en el mundo cosa de mayor devoción".

Cuando el Cardenal Rodrigo de Castro en 1.587 suprime la mayoría de los Hospitales Gremíales, uno de ellos es el del Espíritu Santo, por lo que la cofradía pasó al Oratorio de Colón donde radicaba la Hermandad del Santo Entierro, apareciendo hacia el año 1.573 unificada con el nombre de Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo y Nuestra Señora de Villaviciosa, constituyéndose en Hermandad de Penitencia.

Y en el último tercio del siglo XVI a partir de su unión, según indica el abad Gordillo, se realizaba una ceremonia en la noche del Jueves Santo. Se ponía en un collado cerca de su residencia la Imagen del Crucificado, acompañado de los dos ladrones en alto y al pie de la cruz las Imágenes de Nuestra Señora, San Juan Evangelista y las Marías, todo ello rodeado de luces. A la tres de la tarde del Viernes Santo un predicador trataba el momento de la Cruz y su descendimiento que se llevaba a cabo por sacerdotes, situándolo en el regazo de la Santísima Virgen. Desde allí lo trasladaban en unas parihuelas al oratorio de la cofradía y se disponía su entierro, marchando a la Santa Iglesia Catedral donde esperaba el Cabildo. A su vuelta el Cristo Yacente se quedaba en el Convento de San Pablo, en cuyo jardín existía un sepulcro, trasladándose el resto de la procesión a su oratorio. El domingo de Pascua aparecía sobre el sepulcro la Imagen de Cristo Resucitado y los hermanos venían vestidos con sus mejores galas y acompañada de música llevaban a la Sagrada Imagen con gran solemnidad a su templo, donde se celebraba la fiesta de la Resurrección.

Hacia 1610 la Orden de la Merced, para fundar el Colegio de San Laureano en el sitio que ocupaba la capilla de la Hermandad, obtuvo de ésta la cesión de la misma a cambio del patronato sobre la nueva iglesia, en cuyo altar mayor se colocaron las imágenes de la Cofradía.

Decaída ésta, volvió a restaurarse en 1693, saliendo entonces las compañías de ángeles, que tanta vistosidad daban al cortejo. Con nuevo esplendor salió en 1729, durante la estancia en Sevilla de Felipe V y su Corte, con un acompañamiento de más de dos mil personas. En 1759 añadió a sus títulos el de Hermandad Sacramental y en el año de 1797 se vistieron a la romana las compañías de "armados".

Las nuevas Reglas, aprobadas en 1805 determinaron que los Monarcas españoles serían Hermanos Mayores de la Cofradía (tradición que se remonta a S. M. Don Carlos II), fijándose el Viernes Santo para su salida procesional.

La destrucción del templo de San Laureano por los franceses en 1811 causó graves daños a la Cofradía que, restaurada en 1830, cambió varias veces de residencia, hasta que en 1881, en virtud de Concordia celebrada en 1867 con la Real Academia de Medicina y otras Ciencias, se estableció definitivamente en la capilla del Santo Sepulcro y San Gregorio Magno, donde en la actualidad se encuentra canónicamente erigida.

Por primera vez en la historia de las cofradías en 1887 la presidió su Hermano Mayor, su Majestad el Rey D. Alfonso XII. Circunstancia que se repitió en 1930 en que fue presidida por D. Alfonso XIII.

En el año 1940 hizo solemne estación, presidida por S. E. el Jefe del Estado, D. Francisco Franco. En 1948, con motivo de la conmemoración del VII centenario de la reconquista de Sevilla, los cortejos estrenaron nuevo y lujoso vestuario, pero el desfile fue deslucido por una lluvia torrencial que obligó a la Cofradía a regresar a su Templo.

Tres son los pasos de esta Hermandad. El primero llamado del Triunfo de la Santa Cruz, o de la Muerte, ostenta una cruz vacía, en la que se apoyan las dos escaleras para el Descendimiento, a cuyo pie aparece un esqueleto en actitud abatida, sentado sobre el Mundo, al que se enrosca la serpiente con manzana del Pecado original en la boca. Salió por primera vez en 1693.

El segundo paso es el de la Urna, nuevas andas, canastilla y respiraderos sin dorar, obra de los tallistas Antonio Ibáñez y Joaquín Pineda.

En el año 1997 se estrenaron cuatro escudos, ubicados en los respiraderos, (el de la Casa Real Española en el frontal, el de la Hermandad en el lateral derecho, el de la ciudad de Sevilla en lateral izquierdo y el de la Orden Mercedaria en el trasero), tallados también por Antonio Ibáñez y Joaquín Pineda y dorados y policromados por Emilio López Olmedo.

De igual fecha son las cuatro imágenes que se encuentran en las esquinas del canasto, representando a San Fernando Rey y San Pedro Nolasco, fundadores de la Hermandad y de la orden de la Merced respectivamente; así como las de San Laureano y San Gregorio Magno titulares de la iglesia donde estuvo radicada la Hermandad durante dos siglos y de la Capilla donde tiene en la actualidad su sede canónica.

Hace tres años se estrenó completamente terminada de talla la Urna, cerrada con cristales, donde se contiene la Sagrada Imagen del Redentor, obra de Juan de Mesa, así como las cuatro maniguetas del paso, cuya ejecución correspondió a los mismos artesanos anteriormente mencionados, autores a su vez del canasto y los respiraderos.

En el año 2000 se estrenó el dorado completo de la urna y los candelabros de la misma, acometiéndose en años venideros el de la canastilla y respiraderos.

Asimismo en la Semana Santa del año 2000 se estrenaron, las cuatro cartelas sitas en la canastilla, realizadas en su totalidad por Emilio López Olmedo y que representan las siguientes escenas: La Santa Cena, La Exaltación, El Descendimiento y La Resurrección.

Todo el conjunto, del más fino estilo gótico, asemeja a una catedral en miniatura.

La Urna va precedida en por seis ciriales de plata de estilo gótico, ejecutados por "Orfebrería Triana".

Tras este "paso" va el palio de respeto de terciopelo negro y portado por servidores. A continuación, la Centuria Romana, con su capitán al frente y en el centro de la tropa, el "Senatus". Todos los soldados van vestidos a la usanza romana del siglo I.

Tras el cuerpo de nazarenos, hermanos de etiqueta, con varas, acompañando al Estandarte de la Corporación, de terciopelo negro y bordado en oro el escudo de la Hermandad, circunvalado por la inscripción: "Ubi est dolor sicut dolor meus" portado por nuestro hermano Sr. Marqués de Esquivel. A continuación: representaciones de los ejércitos de Aire, Tierra y Marina; Colegios profesionales, Cámaras de Comercio, Universidad, Reales Academias, Cuerpo Consular, Diputación Provincial, Ordenes Militares presididas por nuestra Orden Hermana de la Real Maestranza de Caballería, primeras autoridades y la presidencia oficial, ostentada por S. M. el Rey o personalidad que lo represente; tras ella el Excmo. y Reverendísimo Sr. Arzobispo de Sevilla, el Alcalde Teniente Hermano Mayor de esta Hermandad y el Hermano Mayor en funciones, en traje de etiqueta, acólitos con ciriales e incensarios, y tras él, el "paso" del Duelo, estrenado en 1965, obra del artífice don Luis Jiménez Espinosa, compuesto de un cuerpo de arquitectura gótica florida, sobre el cual, formando grupo, destaca la Sagrada Imagen de la Santísima Virgen de Villaviciosa, y a sus lados, las de San Juan Evangelista, las tres Marías y los Santos Varones, José de Arimatea y Nicodemus, portando uno de ellos el rollo comprensivo de la licencia de Pilatos para la inhumación del Sagrado Cuerpo del Señor, todos ataviados con riquísimas vestiduras bordadas. Todas las imágenes son de Astorga, menos la Virgen , cuya autoría corresponde a Antonio Cardoso de Quirós. que la realizó en 1.691.

A continuación el Excmo. Ayuntamiento de esta Ciudad, bajo mazas, presidido por el primer Teniente de Alcalde y portando el concejal más joven de la Corporación, el Pendón de la Ciudad. Cerrando todo el cortejo una agrupación militar con tropa, bandera y música.

Siguiendo proverbial costumbre, que tuvo su inicio en 1850, esta Real Hermandad organizó en 1992, con motivo del Quinto Centenario de la Evangelización de América, lo que tradicionalmente ha venido llamándose "Santo Entierro Grande" en el que, cronológicamente ordenados, se integran los pasos de otras Hermandades para configurar una representación plástica de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo.

Entrada en Campana del Santo Entierro. 31 de marzo de 1956, primera salida en Sábado Santo: cruz de guía, arcángel San Miguel, la Fe, los Profetas, la Verónica y los Doctores de la Iglesia, coro de ángeles, la Canina, Cristo Yacente, escuadra de vélites, centuria romana, escuadra de équites y el Duelo. Fotografías: Antonio Lafarque Rengel.