ESTACIÓN DE PENITENCIA

D. Antonio Dorantes Sánchez

Subteniente de la Guardia Civil | Jefe de la Secretaría Particular del General 4ª Zona de la Guardia Civil de Andalucía

"Sevilla al completo, con el pueblo en las calles y sus representantes en el Cortejo, presenta sus respetos y condolencias, con Fe y Recogimiento, a quien dio su Vida por todos nosotros, acompañando, en respetuoso silencio y solemnidad, al Cuerpo sin vida de Cristo, y a Nuestra Madre"

Sencillez, silencio y soledad

Del mismo modo que en años anteriores les fue solicitado a otras personas de la sociedad sevillana, unas conocidas y otras anónimas del mundo cofrade, este año la Real Hermandad Sacramental del Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo, Triunfo de la Santa Cruz y María Santísima de Villaviciosa me pide que colabore con un texto para el anuario de 2020.

Con enorme prudencia y respeto, acepto la responsabilidad de enfrentarme a tan singular reto, no sin antes encomendarme a Nuestro Padre Señor Jesucristo. 

Leídos con detenimiento los pasajes en los que los cuatro evangelistas relatan la sepultura del Señor, los cuatro coinciden en la sencillez, el silencio y la soledad en la que transcurrió; sólo tres personas, a lo sumo cuatro, de entre todos sus discípulos y seguidores, asistieron a su sepultura, entre las que se encontraban María, la madre de José, María Magdalena y el propio José de Arimatea; lo harían, como no puede ser de otra forma, con Dolor, Angustia, Desamparo y Recogimiento, pero a pesar de ello, no abandonaron a Nuestro Señor.

La Real Hermandad del Santo Entierro, con el principal objetivo de transmitirnos la importancia de lo representado en sus tres pasos, se esmera cada año, con gran esfuerzo, trabajo e ilusión, en el cuidado de cada detalle, para que todos podamos mostrar nuestros respetos a quién sacrificó su vida por nuestra Salvación, Nuestro Padre Señor Jesucristo.

El próximo Sábado Santo, con el trabajo y el esfuerzo de los Hermanos y Hermanas de la Real Hermandad del Santo Entierro de Sevilla, los Cristianos volveremos a reafirmarnos en nuestra Fe, acompañando en su transcurrir por las calles de Sevilla a Nuestro Señor y a su Madre, Nuestra Madre la Virgen María, siendo testigos silentes, de su sacrificio por nuestra salvación y conscientes de la importancia del pasaje que se conmemora, reviviendo lo trascendental del momento, y no volviendo a abandonarlo como lo hicimos aquélla vez.

Sevilla al completo, con el pueblo en las calles y sus representantes en el Cortejo, presenta sus respetos y condolencias, con Fe y Recogimiento, a quien dio su Vida por todos nosotros, acompañando, en respetuoso silencio y solemnidad, al Cuerpo sin vida de Cristo, y a Nuestra Madre, compartiendo su Soledad, intentando consolar su Angustia y mitigar su Dolor. 

Nosotros los fieles, congregados a lo largo de las calles de Sevilla para ver el transcurrir de la Hermandad a través de sus solemnes y elegantes pasos, los vemos pasar ante nuestros ojos, ya huérfanos, esperanzados en su Resurrección.

Sin más, expresando mi más sincero agradecimiento por la oportunidad de poder exteriorizar mi pensamiento cristiano ante los Hermanos del Santo Entierro y, por ende, a todos los cofrades que lean el presente Anuario, me despido de todos con el deseo de que la Hermandad realice la Estación de Penitencia conforme como establecen sus Reglas.